Quizás acostumbrados al “maltrato en la vida cotidiana” hemos perdido nuestras habilidades para reaccionar. Cuenta una popular parábola que nos presenta dos opciones respecto del comportamiento de una rana: 1) en una, se la echa a una olla con agua hirviendo, ésta reacciona y salta inmediatamente, con lo cual, consigue escapar de la mortal trampa que implica la olla de agua hirviendo; 2) en la otra, la colocamos en una olla con agua fría y la calentamos paulatinamente, en este caso, la rana no saltará, y obviamente morirá hervida. Está metáfora pretende alertarnos sobre los riesgos que devienen de nuestra natural tendencia a acomodarnos a los cambios progresivos, y constantes, en las condiciones ambientales.
En notas anteriores decíamos que deberíamos comprender cómo realizamos los intercambios energéticos en todos los ámbitos de nuestra vida. La meta evolutiva en esta instancia planetaria sería: dinamizar los intercambios energéticos de manera equilibrada entre los seres humanos, y sostenible con nuestro hábitat.(1) Continuar leyendo
Margarita Llada,
autora del libro El Poder Creador de la Conciencia
Nota publicada en el periódico “el
Consultor de Consumidores y Usuarios” de octubre 2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por tu participación. A la brevedad tu comentario será publicado.